¿Te duele el corazón? ¿Sientes como si tu estómago se estuviera desgarrando por dentro? ¿Lo sientes? Tranquilo, todos lo hemos sentido alguna vez. Sé que tienes miedo, es normal tenerlo. El miedo no te hace débil, es bueno sentirlo de vez en cuando. ¿Quieres llorar? Llora cuanto quieras, pero piensa que con cada lágrima que derrames un problema abandonará tu cuerpo, tu vida. ¿No puedes respirar? Relájate. Toma aire por la nariz y expúlsalo por la boca. Sí, así es, muy despacio. ¿Te cuesta demasiado trabajo? Piensa en algo. Algo que te haga feliz. Algo que cuando invada tu mente te haga sonreír. Cualquier cosa. Un recuerdo, una persona, un sueño… Todo vale. ¿Lo tienes? Perfecto. Sumérgete dentro de ese pensamiento. ¿Ya? ¿Te has dado cuenta de que mientras pensabas en ello has respirado con normalidad? Ese es justamente el secreto de la vida. Cuando notes que el aire abandona tus pulmones, cuando sientas que tu vida se esfuma con el poco aire que te queda en el cuerpo vuelve a ese pensamiento. A ese y a un millón más que seguro tienes y no te has dado cuenta. Guarda ese pensamiento en tu corazón y utilízalo siempre que lo necesites. ¿Recuerdas con nitidez lo que pensaste? ¿Quieres que te ayude? Cuando la luz abandona mi vida, el aire abandona mis pulmones y ya no siento como la sangre fluye por mis venas… Yo pienso en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario