jueves, 19 de enero de 2012

Volar

Soñé que volaba. Volaba por encima de la ciudad, de las personas.  De los coches, de los semáforos y de los insultos. De las parejas que se besan, de las madres que pasean con sus hijos. Por encima de los problemas. Y no recuerdo haber sido tan feliz jamás. Dueña de mi vida, de mis actos. Que si me hubiera apetecido irme a Londres volando, cojo y vuelo, sin pensarlo. Pero no me apetecía, solo quería volar. Sentirme como Superman antes de salvar la ciudad. Libre. Sin nadie que me prohíba, que me ordene o me someta. De pronto, al intentar atravesar una nube caigo al vacío. Me siento angustiada, un terrible dolor me atraviesa el pecho. Quiero caer ya y estamparme contra algún coche, me duele que sea la gravedad quien me controle. Antes de tocar el suelo despierto en mi cama bañada en sudor. Intento centrar la vista y entender que acaba de pasar. Era solo un sueño, uno maravilloso. Entiendo que se ha acabado, que no puedo volar. Que no podré sentir nunca esa sensación del aire golpeando mi cara, ni sentir que mis manos controlan la dirección de mi vuelo. Lo asimilo y comienzo a sollozar. Me siento como un bebé recién nacido que llora al salir del útero de su madre. Ya no tengo la protección que el sueño me proporcionaba, ahora mismo no tengo nada. Solo tengo mi vida, la dolorosa vida real. Llena de sueños no realizados y de planes que nunca se realizarán. Llena de esperanzas imposibles de hacer realidad, y de sufrimiento. Ya no puedo volar, solo caigo. Caigo al inevitable vacio que es la existencia.
Miro el reloj, sé que es hora de volver a la completa realidad. De volver a sentir como caigo desde las nubes. De sentir esa horrible presión en el pecho… Pero lo asimilo y me levanto. Me miro al espejo y veo que soy igual que siempre, la misma persona que se puso el pijama y se metió en la cama anoche. Y ahora, mientras me preparo para mi interminable día solo pienso en que éste acabe. En volver a meterme en la cama y soñar con volar, con Superman y con que tengo mi vida en mis manos. Soñar con que yo decido qué hacer con ella. Soñar con ser feliz.

martes, 10 de enero de 2012

Citas

Esta entrada es sobre frases (que no son mías) que pueden gustaros y que, al menos, yo adoro. Espero que os gusten y que además de conocerlas/usarlas os inspiren un sentimiento o algo en lo que pensar. A propósito, intenté hacer variación en las citas pero creo que no lo he conseguido del todo. No juzguéis el libro o fuente, si no lo que dice en sí misma. Seguramente se me hayan pasado unas cuantas, pero he intentado reducirlo (y eso que tampoco he obtenido un gran resultado)…
 
El corazón tiene razones que la razón desconoce. (Blaise Pascal)
 
Alguien dijo una vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre... (Carlos Ruiz Zafón)
 
-¿Sabes qué es lo mejor de los corazones rotos?
-No.
-Que solo pueden romperse una vez, lo demás serán simples rasguños. (Carlos Ruiz Zafón)
 
Se desengaña sola, al igual que, sola, se había engañado. Con un vaso vacío entre las manos y algo más difícil de rellenar dentro. Ella, simple abono de esa planta que a menudo florece sobre la tumba de un amor marchito. Esa rara planta llamada felicidad. (A tres metros sobre el cielo, Federico Moccia)
 
Quien quiere de verdad quiere en silencio, con hechos y nunca con palabras. (Carlos Ruiz Zafón)
 
En el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre. (Carlos Ruiz Zafón)
 
Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión. (Crepúsculo, Stephenie Meyer)
 
“Como si nunca hubiera existido". Aquella fue una promesa que él no podía mantener, una promesa que se rompió tan pronto como la hizo. (Luna Nueva, Stephenie Meyer)
 
Yo era como una luna perdida. Una luna cuyo planeta había resultado destruido, igual que en algún guión de una película de cataclismos y catástrofes que, sin embargo, había ignorado las leyes de la gravedad para seguir orbitando alrededor del espacio vacío que había quedado tras el desastre. (Luna Nueva, Stephenie Meyer)
 
El tiempo pasa, incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de las manecillas del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa....Incluso para mí. (Luna Nueva, Stephenie Meyer)
 
Había una cosa que sabía a ciencia cierta, lo sabía en el fondo del estomago y en el tuétano de los huesos, lo sabía de la cabeza a los pies, lo sabía en la hondura de mi pecho vacio... El amor concede a los demás el poder para destruirte. (Luna Nueva, Stephenie Meyer)
 
Mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones...Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro .No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas, y nada tenía sentido… (Luna Nueva, Stephenie Meyer)
 
En ocasiones, cuando el aire falta, cuando sentimos descomponer nuestros sueños, llegan a nuestras vidas recuerdos de instantes pasados, instantes que nos llenaron de luz, de sonrisas, pero que hoy tristemente nos afligen, nos dejamos invadir de pequeñas nostalgias y nos damos cuenta que en ocasiones dejamos pasar la vida por complicaciones o simplemente por orgullos, olvidamos que lo que nos hace valiosos es que somos diferentes, que lo que nos hace fuertes es que no somos perfectos, que la importancia de la vida no se basa en lo que dure si no en la intensidad con que la vivamos puesto que de esta no nos quedaran los cartones, ni los premios recibidos solo nos quedara lo aprendido, los sentimientos, los instantes que marcaron nuestra existencia, esos pequeños momentos que hicieron de nuestro mundo un sol gigantesco. (Anónima, pero no podía dejar de incluirla aquí…)
 
Nos reímos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaremos mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos. Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que él ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdida. O mejor dicho, estás enamorada, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo...  (Tengo ganas de ti, Federico Moccia)
 
Ayn Rand afirmaba que la verdadera libertad empezaba en el individuo, en uno mismo. "Para saber decir yo te amo, primero hay que saber decir yo". Esta frase es la base de lo que Ayn Rand denominaba el "Egoísmo Razonable", la necesidad de pensar de vez en cuando en uno mismo para conseguir el equilibrio personal. La necesidad de hacerte valer para que los demás te valoren, de tener la valentía de mostrar tus sentimientos sin juzgar y sin miedo a ser juzgado, de defender como de verdad es uno por encima de lo que piensen los demás, la necesidad de ser simplemente feliz sin dar explicaciones a nadie, sean cuales sean las consecuencias. (Física o química, Antena 3)
 
Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenio... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que la cara B de Abbey Road, los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que Woodstock y sus fiestas mas orgásmicas... Mejor que los excesos del Marqués de Sada, Yan Rimbaud, Morrinson y Castaneda... Mejor que la libertad... Mejor que la vida. (Jeux d'enfants, película recomendada)
 
-Si tienes miedo de hacerte daño, aumentas las probabilidades de que eso mismo suceda. Fíjate en los funambulistas, ¿crees que piensan en que tal vez caerán cuando caminan cuidadosamente por la cuerda? No, ellos aceptan ese riesgo y disfrutan del placer que les proporciona desafiar el peligro. Si te pasas la vida procurando no romperte nada, te aburrirás terriblemente… ¡No conozco nada más divertido que la imprudencia! (La mecánica del corazón, un libro que no podría recomendaros más…)
 
A veces es bueno llevar sombrero por si sale una buena ocasión para quitárselo. (Joaquín Sabina, a petición de @MiguelonMiguelo)
 
Hay instantes en que todo parece posible y todo puede cambiar, en que todo está al alcance de la mano, fácil y bonito... Pero de repente llega la duda, el miedo a equivocarse y a no haber entendido bien lo que el corazón siente de verdad. (Perdona pero quiero casarme contigo, Federico Moccia)
 
Cuando nos reímos utilizamos quince músculos de la cara. Aunque no nos demos cuenta quince músculos se mueven a la vez. Cuando gritamos usamos trece músculos, y cuando andamos en bicicleta nueve. Al parecer cuando besamos a alguien es cuando más músculos se mueven: treinta y cuatro músculos. Existen muchas clases de besos. Besos de pasión, besos de amistad, besos que no dicen nada, y otros que lo dicen todo. Quizás por eso un beso signifique tantas cosas, porque después de darlo no es necesario hablar, está dicho todo. (Los hombres de Paco, Antena 3)
 
Por pedir, pido veinticuatro horas a tu lado en las que nos dé tiempo a todo menos a perder el tiempo. Por pedir, pido que me baste ese día para convencerte de querer estar conmigo para el resto de tus días. Por pedir, pido que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo. Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines (para que sólo puedas abrazarte a mí), enfrente de mi película favorita... Bueno, si quieres enfrente de tu película favorita... bajo una manta que haga de telón tras el que actúen nuestras manos; marionetas manejadas por los verdaderos sentimientos. Me pido entonces tus dedos acariciando mi brazo, y mis cosquillas jugando al escondite con ellos. Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente. . Pido, mientras caminamos por cualquier calle, llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, y tu risa fuese la mejor de mis melodías, y que en un intento por no dejarme ir, me hagas perder todo menos la sonrisa. Por pedir, te pido a ti, para siempre. (Desconozco su autor, pero circula mucho por internet y me encanta)
 
El amor es sufrido y considerado, nunca es celoso. El amor nunca es jactancioso o engreído, nunca es grosero o egoísta, nunca se ofende ni es resentido. El amor no haya placer en los pecados de los demás y se deleita en la verdad. Siempre está dispuesto a excusar, confiar, esperar y soportar todo lo que venga. (Un paseo para recordar, muy recomendada)
 
Miedo a amar. ¿Qué puede haber más hermoso? ¿Qué riesgo mayor vale la pena correr? Con lo bonito que es entregarse a la otra persona, confiar en ella y no pensar en nada más que en verla sonreír. El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca". Qué tengo que ver yo con tu pasado, yo soy una variable enloquecida de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es locura... (Perdona si te llamo amor, Federico Moccia)
 
No soy nadie especial. Solo soy un hombre corriente con pensamientos corrientes. He llevado una vida corriente. No me han hecho ningún monumento y mi nombre pronto quedara en el olvido. Pero según como se mire he tenido mucho éxito como muchas otras personas en la vida. He amado a otra persona con todo mi corazón y eso para mí siempre ha sido suficiente. (Diario de Noah)
 
Sería muy simpático que existiera Dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista. (Sigmund Freud)

martes, 3 de enero de 2012

Skyscraper


Hasta al momento más oscuro de todos se le puede encontrar una pequeña luz, algo que nos haga de trampolín para volver a la vida. Lo importante es no darse nunca por vencido y seguir adelante, porque jamás es demasiado tarde. Hay muchas cosas que se pueden perder, es cierto, pero jamás debemos perdernos a nosotros mismos. Y es en los peores momentos cuando aparecen los mejores salvavidas, que en ocasiones precisamente eso… Te salvan de esa vida, regalándote una nueva. Una mucho mejor que la anterior, una que ni siquiera puede compararse. Y en ocasiones excepcionales ese salvavidas puede enamorarte, impulsarte hasta lo alto de un rascacielo y hacerte volar de nuevo. ¿Qué quién soy yo? Digamos que yo encontré mi trampolín. Él me hizo volar hasta la cima de aquel rascacielo, me ayudó a recuperar mis alas… Y os aseguro que sobrevolar la felicidad no es nada comparado a aterrizar en ella.