lunes, 27 de febrero de 2012

Me, myself and I.

No es fácil saber cómo son los demás de verdad, pero a veces es mejor pararse a pensar en cómo eres tú, comprendiendo quizá así un poco más al resto del mundo. Entre mis defectos está la inseguridad, el miedo. Siempre necesito darle mil vueltas a la cosas y aún así termino optando por la opción equivocada. Soy muy dura conmigo mismo, y me reprocho muchísimo todos y cada uno de mis errores. Soy celosa y extremadamente negativa, lo cual me suele arrastrar a ser muy depresiva. Por una razón que desconozco tiendo a exagerar cada uno de estos defectos, sin ver siquiera los de la gente que me rodea. Una de mis virtudes, por llamarla de alguna manera, es que soy demasiado inocente. Suelo confiar en todo lo que me dicen, lo cual me ha hecho sufrir bastante a lo largo de mi vida. Pero supongo que precisamente ser buena persona conlleva eso. Conlleva que inevitablemente lo pasarás mal. Soy muy cariñosa en algunas ocasiones y la persona más borde del mundo en muchas otras. Me encanta saber que la gente que me quiere está ahí y suelo ser de las que perdono fácil pero jamás olvido. La música condiciona mi vida y por poco que me conozcas sabes que no puedo vivir un solo día sin escuchar una canción de Rihanna. Me gusta la originalidad, aunque odio destacar sobre el resto de la gente. No soporto que me miren fijamente y soy incapaz de hablar con alguien mirándole a los ojos. No soy de las que pasa de 0 a 100 en un segundo, aunque tengo que decir que a la vez soy impulsiva y experta en improvisar en todo tipo de situaciones. Valoro muchísimo todo lo que tengo, aunque de vez en cuando me sale alguna que otra vena caprichosa. Intento cuidar a lo que más me importa de este mundo, pero siempre creo que no hago todo lo que podría. Tengo todos los objetos que te puedas imaginar de color morado y me encanta añadir cada vez más y más a mi colección. Suelen decirme que soy defensora de lo indefendible y siempre suelo dejar mi opinión muy clara. Soy muy cabezota y me fastidia enormemente reconocer que no tengo razón, aunque también soy una gran experta en lo que se refiere a pedir disculpas. Aunque, después de todo esto, tengo que admitir que tiendo a exagerar todo lo que digo…


domingo, 19 de febrero de 2012

Lo bueno no te lo puede quitar nadie

Nadie dijo que el amor fuera fácil. O espera sí, sí nos lo dijeron. Desde pequeños nos hacían creer que el amor es sencillo, que nos hace volar y sentir que podemos tocar la felicidad con la punta de los dedos. Éramos pequeños y lo creíamos, pero admitamos que cuando somos mayores seguimos teniendo la esperanza de que esto sea verdad.
El amor es una de las mejores experiencias que hay, estoy segura. Pero también estoy segura de que hacer paracaidismo es mucho más seguro que enamorarse. Al menos tienes un paracaídas que con solo tirar de una anilla te rescata de una muerte segura. Pero ¿y el amor? ¿Dónde está la anilla? No la hay, el amor es peligroso. Peligroso, complicado y extremadamente frágil. De la misma forma que vino puede irse sin que se pueda evitar. Es cierto que cuidar el amor es importante, pero en ocasiones no basta con eso y lo perdemos todo. Y duele…
El desamor, cuantos escritores han intentado hablar de él. Tantas metáforas, tantas fábulas, tantas advertencias… Y ninguna de ellas vale una mierda. Una ruptura no se puede explicar con palabras, es algo que se siente. Algo que te raja el alma, que te quita la respiración, que te consume poco a poco la vida… Pero se puede superar, porque lo bueno que tiene el desamor es que sí hay una anilla que nos rescata: el tiempo.
¿Cuál es el sentido de todo esto? Ni yo misma lo sé, el desamor es un tema que siempre se me escapa de las manos a pesar de haberlo vivido. Recuerdo cada uno de los momentos de aquellos meses de soledad. Cada noche en vela, cada recuerdo que no me abandonaba, cada sonrisa sustituida por lágrimas. También recuerdo hacerme fuerte, luchadora. Aprender a vivir mi vida de nuevo, comenzarlo todo de cero. Pero, ahora que ya hace mucho tiempo de aquel dolor, me siento orgullosa de haber aprendido una valiosa lección: Nada es para siempre. El amor nos hace madurar como personas. Cada mala experiencia nos prepara para la vida, pero ¿y las buenas? Porque aunque luego haya dolor, el amor es algo maravilloso…
No recuerdes lo malo, recuerda los buenos momentos que te hicieron feliz. Continúa tu vida, sonríe y cuando mires atrás no olvides una cosa: Te quiso y eso no te lo va a quitar nadie.


domingo, 5 de febrero de 2012

Sinceridad ante todo

Te advertiré algo, algo en lo que yo me he equivocado infinidad de veces. No es un consejo aplicable a todos, por supuesto, sigue leyendo solamente si eres idiota e ingenuo. ¿Estás listo? Allá va.
Sé egoísta. Ese es el secreto de todo, el que te llevará a la felicidad. Ni más, ni menos. Llegado este punto de mi vida me he dado cuenta de que el egoísmo no es tan malo como nos obligamos a creer. A veces hay que abusar de él, sobre todo si eres como yo. Si vives por y para los demás, si te conformas con la mitad de lo que deseas. Y además, siendo sinceros, ¿no somos un poco hipócritas al criticar el egoísmo? En realidad todos somos animales que se rigen por el deseo, no somos más que ese ello en el fondo de nuestras mentes. Y esa parte de la mente es egoísta, así como nosotros también lo somos. Y debemos aceptarlo, dejar todos esos prejuicios y tópicos atrás. Y ¿sabes? Te daré otro consejo: Lucha por lo que realmente te hace feliz. Por lo que te hace estar cómodo en tu vida, por lo que te anima a levantarte día a día de la cama.
Desde que era pequeña mi madre siempre me repetía la misma frase, una y otra vez. “Lucha por lo que quieres-decía-lucha por lo que realmente quieres”. Y ahora veo cuánta razón tenía. Nunca dejes de luchar por lo que quieres, nunca te resignes, nunca pierdas la esperanza. Nunca digas me rindo