martes, 20 de noviembre de 2012

Capítulo 9


Los segundos fluyen, los minutos se suceden, los días pasan, los meses se suman y nuestro amor se mantiene firme. Muta, se adapta a cada momento como un molde, pero jamás cambia en su componente esencial.
Nuestro amor tiene maravillosas características, además de numerosas, que suelen considerarse comunes pero que en realidad son extremadamente complicadas de encontrar. No os engañéis, no todos los amores tienen esas cualidades, pero el nuestro goza de tenerlas. ¿Cuáles son? Os preguntaréis. La respuesta es sencilla: No tengo ni idea. No se pueden enumerar, ni son tangibles, ni explicables. Se trata de un tipo de amor, también imposible de explicar, quizás solo entendible por experiencia. Un tipo de amor que arrolla, que siente, que padece, que espera, que aguarda, que llora, que entiende, pero sobre todo que ama.
Podría contaros el secreto de ese amor, de forma que todos lo poseyéramos y fuésemos así felices...  podría pero no lo haré. No lo haré porque no quiero, porque me da miedo. Porque para contaros sobre ese amor tendría que recurrir a la experiencia, a nuestro amor, y me da miedo que le conozcáis a él. Me da miedo porque es increíble, porque tiene todo ese tipo de cosas que cualquiera querría para sí… Y yo tengo la suerte de tenerle a mi lado.
Me siento quizás un poco egoísta diciendo esto, pero el amor al fin y al cabo tiene algo de egoísmo, tiene algo de querer incondicionalmente a alguien a tu lado. Aún así daré una pista, una que he repetido durante este corto y feliz capítulo. El secreto es “nosotros”, ni más ni menos. Es encontrar a la persona idónea con la que compartir esos segundos, esos minutos, esos días, esos meses… Ese alguien a quien sonreír en cada uno de ellos, y sobre todo repetirle un ‘te amo’ al final de los últimos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario