sábado, 10 de noviembre de 2012

Estereotipos


Si por algo se caracteriza esta sociedad es por la inseguridad. La historia nos ha castigado severamente por los errores cometidos (que no han sido pocos) y ya nacemos con esa inseguridad como si la llevásemos en los glóbulos rojos, junto al oxígeno. Es propia de nosotros, de nuestra forma de ser, de nuestra personalidad y día a día.
La inseguridad es una de las peores cualidades que se puede poseer. Es cobardía, es falta de confianza en uno mismo, es miedo al fracaso. Y todo esto, en muchas ocasiones, radica en la falta de autoestima. La autoestima es mucho más de lo que puede verse por fuera, mucho más que un físico y una cara bonita. Tiene que ver con el aprecio a uno mismo, con la crítica a todo lo propio, con el dolor… Sí, el dolor, porque no hay nada peor que el auto desprecio, que no valorar ni ser capaz de ver lo bueno propio. Y esto es porque, en realidad ¿quién nos conoce mejor que nosotros mismos? ¿Es posible pretender que alguien te quiera si no te quieres tú primero? Resulta difícil creer que alguien valore ciertas cualidades que tú consideras no tener.
Y todo esto procede a su vez del principio, de la sociedad. De los valores e ideales que desde siempre se nos han inculcado. Del hombre fuerte y valiente, macho, que nunca llora, y de la mujer delicada, servicial, delgada y perfecta. Nos sentimos fuera de lugar cuando no poseemos todo lo que la sociedad ha dejado impuesto, sin darnos cuenta de que es imposible alcanzar la perfección que se espera de nosotros. Cada cual es imperfecto a su perfecta manera, con sus fallos y sus virtudes, siendo el peor en ciertas cosas y el mejor en otras, sabiendo querer o no, sabiendo creer o no…
La perfección no existe, es preciso dejar de engañarse. Es necesario acabar con esos modelos impuestos, con esa chica delgada y ese chico fuerte. Tomémonos un respiro y seamos lo que queramos ser. Tomemos oxígeno y preparémonos para equivocarnos, que es al fin y al cabo lo que mejor se nos ha dado siempre. Seamos humanos, imperfectos e incorrectos, pero humanos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario