lunes, 25 de junio de 2012
El cambio es parte de la vida
domingo, 3 de junio de 2012
Capítulo 4
Giro la llave en la cerradura, se abre la puerta y mi
sonrisa sigue siendo la misma. Amplia, luminosa, pero sobre todo verdadera. En
el recibidor me espera mi madre con cierta cara de preocupación, pero se disipa
rápidamente al ver la exagerada curvatura de mis labios. Sé que me pregunta
algo y sé que contesto, pero lo cierto es que no tengo ni idea de lo que
digo. Estoy flotando, no soy totalmente dueña de mis actos. Sé que camino, sé
que acaricio a mi gato al pasar por el salón, sé que subo las escaleras sin
tropezarme, pero no soy consciente de nada de ello. Solo soy consciente de que
sonrío, por auténticas ganas. Soy feliz y no tengo ganas de pensar en nada, en
nada que no sea él. Entro en mi habitación, cierro la puerta y me tumbo sobre
la cama. Aun huele a él. Es un olor suave pero fácil de percibir. Huele a sonrisas,
a caricias en la espalda. Me acurruco encima de la cama y dejo que su olor me
absorba, como si fuese él mismo quien me abraza, como si volviese a vivir lo
acontecido hace unas horas…
Giro la llave en la
cerradura, se abre la puerta y mi sonrisa sigue siendo la misma. Tengo ganas de
reír, de felicidad y nerviosismo, esto que estoy haciendo está totalmente
prohibido, pero en cierta forma ya no me importa. No lo pienso apenas, solo
disfruto. Atravesamos la casa de puntillas intentando hacer el menor ruido
posible, pero cuanto más lo intentamos más parece sonar el suelo. Ambos
sonreímos a la vez en la oscuridad, sin poder vernos, cómplices. Entramos en mi
habitación, cierro la puerta con extrema delicadeza y ambos nos tumbamos sobre
la cama. A partir de ese momento todo se vuelve borroso. Un bucle de imágenes
que se entremezclan, que parecen hacerse nítidas cada vez que separamos
nuestros labios para tomar aire. Pero, por una vez en mi vida, no quiero sentir
esa nitidez. Lo único que veo con claridad son sus ojos verdes, que parecen
enamorarme aún más gracias al pequeño hilo de luz que entra por la ventana,
dándoles un aire realmente misterioso. Nos perdemos en el cuerpo del otro. Nos
volvemos expertos en acariciarnos y besar cada centímetro de piel. Nos
sonreímos, de pura felicidad, de éxtasis, de amor. Dejo de ser consciente, dejo
de evitar algo que estoy deseando que ocurra. Solo quiero sentir que soy suya,
que estoy segura en sus brazos. Que cada caricia es un ‘siempre’, que cada beso
es un ‘mi amor’.
Me despierta la luz
del amanecer y un sueño que luego resulta ser realidad. Él sigue a mi lado,
rodeándome con sus brazos. Me inclino para besarle, para ser yo quien le de los
buenos días, pero compruebo que él ya está despierto. Nuestros labios se
encuentran. Sin mediar palabra, sin pensarlo, sin explicación, por pura e
imperiosa necesidad de estar unidos, y con la misma sincronización con la que
se unieron se separan. ‘Te amo’ susurramos al unísono, y como respuesta ambos
nos sonreímos. ‘Creo que sería capaz de pasarme toda la vida aquí, entre tus
brazos’ susurro contra su pecho. No tengo nada de qué avergonzarme, sé que él
siente lo mismo que yo. ‘Me siento realmente cómoda, y segura… Siento que me
proteges, que mientras me abrazas nada malo va a pasarme’. ‘Y tienes toda la
razón del mundo-contesta él con la voz más dulce que he escuchado
nunca-mientras yo esté aquí y pueda impedirlo no te pasará nada malo. No cuando
eres lo más importante que tengo, no cuando te necesito para sonreír, no cuando
eres mi pequeña…’ Sonrío, no puedo evitarlo, estoy enamorada. ‘Me encanta que
me llames pequeña, me hace tan feliz…’ Posa sus manos sobre mis mejillas, se
inclina para besarme la frente y luego susurra ‘mi vida, a mi lo único que me
encanta y me hace realmente feliz es tenerte a mi lado’.
Le amo. Sé que quiero
estar con él todo lo que me sea posible. Sé que me encanta estar entre sus
brazos, que me encantan sus ojos verdes, que daría lo que fuese por verle
sonreír. No sé qué sucederá mañana, solo sé qué es lo que quiero que suceda. Solo
sé que ahora mismo ésta es la definición de 'buenos días' que quiero para el resto de
mi vida.
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